domingo, 27 de diciembre de 2009

Cine y modelos morales

Me ha llamado mucho la atención lo que explica Gregorio Luri en una entrada de su blog.
Reivindica la inocencia de series como “La casa de la pradera” y dice:
"En esta temporada moral se lleva más en los cines los finales ambiguos: los canallas honestos, los polis corruptos, los políticos sinceros. Nadie tiene que ser ni muy bueno ni muy malo, que eso no se estila.”
Lleva razón pero yo veo en esos hechos un afán de verdad. Es cierto que los buenos de “La casa de la pradera” se presentaban como un modelo a imitar. Los buenos de antaño eran modélicos, no vengativos, nunca crueles sino justos con el malo e incluso compasivos. Pero hay un momento en el que los buenos de la “Casa de la pradera” nos cansan porque no son humanos. Parecen ángeles y entonces los vemos falsos.
No me parece mal que haya policías honrados e incorruptibles en las películas, ideales a imitar, así eran los de antes, Pero a la larga esos personajes pueden resultar ideológicos (en el sentido marxista). Es decir, mientras llenamos la pantalla de buenas personas los policías reales pueden ser corruptos y mafiosos.
Entonces aparecen en el cine los policías oscuros, describiendo personalidades más complejas, como una crítica y una denuncia de la realidad. No son simples y puros, sino complejos, malos a ratos y buenos en ocasiones. Viven corrompidos pero tienen siempre un fondo de humanidad admirable que a veces aparece. Son menos ingenuos que los buenos de antaño, pero en un sentido más parecidos a los seres de verdad.
Y entonces viene el siguiente paso. Que consiste en que esas películas llenas de corruptos se convierten en la ideología. “Cómo va ser uno honrado en un mundo así”. Todo el mundo es corrupto y sirve a sus propios intereses, luego nadie puede ser honrado.
Siempre me ha dejado perplejo como dos modos de representar la realidad tan extremadamente diferentes (policías incorruptibles, policías corruptos) pueden ser ambos ideológicos.
Uno ocultando la maldad que existe y otro haciéndonos creer que la bondad no puede existir.
Platón en la República quería que se prohibiera mostrar a los dioses realizando actos reprobables. ¿Cómo iba el pueblo a ser bueno si los dioses no lo eran?
Hoy nos cuesta entender esta censura que él proponía. Sin embargo cuando veo al tutor de Lisbeth Salander abusando sexualmente de ella... su tutor, el hombre que con más celo debería velar por su bien, aquel a quién el Estado le encarga esta labor , ¡¡la viola!!
¿Es posible que con personajes así los padres puedan pensar bien de los profesores de sus hijos?

sábado, 26 de diciembre de 2009

NO ENSEÑAR A SER CRÍTICOS

Serenus Zeitbloom me hace el honor de enlazar esta entrada de mi blog en una entrada del suyo para comentar sobre un tema parecido. Inicié allí un comentario que se ha convertido en esta entrada.

No creo que haya que enseñar a ser críticos. No se trata de enseñar la crítica por la crítica. Lo que se ha de inculcar es el amor por la verdad. Eso es lo que nos puede enseñar la historia de la filosofía que cita Serenus. La critica puede ser una consecuencia de esa búsqueda, pero no un fin en si mismo.

Los filósofos han sido críticos unos con otros pero no porque quisieran serlo sino porque anhelaban saber y para eso tenían que contradecir muchas de las ideas anteriores.

Lo mismo sucede en ética. Lo que los padres tienen que hacer es enseñar al niño a ser justo. Tienen que enseñarle a OBEDECER unos principios de justicia. Como consecuencia de ello quizá un día ese niño tendrá que decir que no a lo que sus padres le mandan, pero por fidelidad a la justicia, no por afán de crítica. Para poder decir SI a la justicia tendrá que decir NO a otras cosas, posiblemente a sus propios padres. No porque se le haya enseñado a decir NO, sino porque se le ha enseñado a ser fiel al SI.



Esta viñeta del ROTO parece ser la reivindicación al uso del ciudadano crítico. Yo la interpreto como una crítica a la escuela y da a entender que ésta crea ciudadanos sumisos y aborregados.

Si nuestro sistema enseñara de verdad a leer, a entender, a escribir, a comprender ¿no estaría poniendo las bases de unos ciudadanos responsables y críticos (cuando hubiera que serlo)?

Pero a leer (quiero decir: aprender a leer todo tipo de textos y comprendiendo) sólo se aprende obedeciendo a las indicaciones del profesor, sometiéndose a una disciplina, esforzándose y reprimiendo las ganas de buscar lo fácil.

¿SER CRÍTICO? ¿En nombre de qué? ¿En qué dirección? ¿Con que fin?
Necesitamos alumnos obedientes y disciplinados que un día en nombre del conocimiento, de la justicia o la verdad SE SIENTAN OBLIGADOS Y SEPAN DECIR QUE NO CUANDO SEA NECESARIO.

domingo, 13 de diciembre de 2009

¿Hacen falta verdades comunes para la Educación sexual?


Una de las cosas más desacertadas del manifiesto pedagógico “No es verdad” me parece esa apostilla que ponen al final.

“Al mismo tiempo, en un mundo globalizado, donde la información circula por internet, donde la comunicación se ha hecho virtual, donde los grandes problemas de la humanidad tienen carácter interdisciplinar, donde las certezas absolutas han desaparecido y nos enfrentamos a un futuro crítico, incierto y complejo, la escuela sigue anclada en contenidos y métodos del pasado.”

Me refiero especialmente (se podría comentar también lo demás) a lo de que las certezas absolutas han desaparecido. ¿Qué tendrá que ver eso con la instrucción elemental?

Si yo enseño inglés, matemáticas, física, música, química, ciencias naturales, lengua… ¿tendré algunas certezas absolutas que enseñar? La pregunta es retórica, como pueden comprender.

Pero nombremos algunas ciencias humanas en las que el reparo puede tener algún sentido. Ya se que en Historia hay distintos enfoques (más marxista o más weberiano, por ejemplo) pero para contar a grandes rasgos (¡¡daríamos gracias si los alumnos aprendieran esos grandes rasgos!!) en qué consistió la revolución industrial o la ilustración supongo que todos los profesores de historia encontrarán algunas certezas.

¿Qué pasa si estudio filosofía? ¿No debe el profesor de filosofía presentar todos los enfoques que se han dado sobre un problema para que el alumno se haga una idea de cual es la discusión que suscita el asunto en cuestión? Si explica historia de la filosofía ¿podrá decir con certeza que Descartes es racionalista y Hume empirista y en qué consiste cada corriente? ¿Podrá enseñar a los alumnos la certeza de que Tomás creía que la existencia de Dios era demostrable y sin embargo Nietzsche era ateo?

PERO VAMOS A LO QUE VAMOS.

Tengo la intuición (a lo mejor me equivoco) que los mismos que afirmaban que no hay verdades absolutas, son los que ahora exigen educación sexual.

Pues miren por donde en ese terreno yo no tengo claro que la sociedad tenga un cuerpo de verdades y valores comunes. ¿Qué papel va a jugar el amor en esa educación sexual? ¿Van a respetarse las distintas maneras de pensar sobre este asunto de los distintos grupos sociales?

En algunos comedores escolares (no sé si en todos) ahora se dan menús sin cerdo. ¿Va a hacerse así también en la educación sexual? O se va a imponer a todos una única visión del tema en un mundo donde no hay certezas absolutas.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Una majadería de Twain

Alguien en un blog hablaba de Mark Twain como el "siempre acertado Mark Twain". ¿Siempre acertado? La única frase que recuerdo suya me parece una majadería.

"El cielo lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía."

Ni como chiste tiene un pase. Es una excelente muestra de una mala interpretación de la religión. ¿A quién Twain en el infierno?

Gente como Hitler, Stalin, Pol Pot ... ¿le parecería buena compañía?
Josef Fritzl, el individuo suizo que tenía encerrada a su hija en un sótano y la violaba desde su adolescencia ¿es buena compañía?
Los asesinos de mujeres y niños ¿son buena compañía?

Por lo visto, Twain debía creer que el infierno estaba lleno de putas, sino no me lo explico. Y que a esas alturas, por lo visto, trabajarán gratis.

¿No conocería aquello de que "las putas os precederán en el reino de los cielos"?

La frase me parece de un absurdo irritante. Me recuerda a esos tontones que sin pensar mucho dicen que el cielo debe ser muy aburrido.
¿Pero sabrán lo que dicen? Lo mínimo que se puede pedir a la gente es un poco de lógica manejando las ideas.

Si alguien te habla de una habitación circular no parece muy razonable que le preguntes qué muebles tienen colocados en las esquinas. ¿O sí?

miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿ES BUENA TODA CRÍTICA?

El otro día use en clase con mis alumnos de primero de Bachillerato el post que encontré en el interesante blog de Miguel Santa Olalla (Boulé).

Pero pensando en ello le he visto después alguna limitación.

1. Por ejemplo, no creo pertinente (como hace el post) considerar la crítica en abstracto, me parece clave tener en cuenta la dirección en la que apunta la crítica. Hacer críticas a algo no tiene por qué ser bueno en si mismo. Únicamente será bueno cuando esas críticas señalen carencias verdaderas de aquello que se critica. ¿Es que no puede haber críticas equivocadas que en lugar de ayudar perjudiquen a un proyecto valioso?
Decir que SI es bueno cuando aquello que se apoya es bueno.
Decir que No es malo cuando aquello que se niega es bueno.
Todo depende de aquello que se niega o que se afirma.
¿Qué sucede cuando la crítica lo que hace es poner palos en la rueda a proyectos valiosos?

2. "Los que piensan distinto estimulan el cambio social". Dice Miguel.
Parece suponer que el cambio siempre es para bien. Es uno de los presupuestos del progresismo. Hay cambiar a toda costa el mundo, por lo visto las cosas nunca pueden ir a peor. ¿Y qué pasa si como resultado de las críticas las cosas empeoran?
¿No se puede entender el comunismo en la Unión Soviética como una crítica rotunda a la sociedad que trasformó? ¿Es seguro que lo hizo para mejor? ¿No nos ha enseñado el siglo XX que querer mejorar las cosas no significa que vayamos a conseguirlo?


3. El NO supone el SI y de ese modo es dependiente de él. Carece de sentido un NO absoluto y total. En alguien sitio Wittgenstein explica que la duda supone la convicción. Sólo se puede dudar de una parte y hasta la duda mayor requiere una certeza sobre la que se situa para dudar.

En relación con esto el post me recuerda aquello de Aranguren. Él decía que quería ser un heteroxo. Lo cual me parece a mí una limitación grande, porque para empezar la heterodoxia supone la ortodoxia. Así que lo primero que tiene que explicarnos es cual es ortodoxia dentro de la cual se pretende discrepar. Y luego, no parece muy lógico definirse simplemente como “discrepante”. ¿En qué discrepa usted? Por poner solo un ejemplo, con respecto al modo de entender a la mujer en la sociedad Española puede discrepar una feminista extrema o un talibán.

Los nazis también fueron grandes discrepantes de la concepción del hombre de su tiempo. Hicieron una enmienda a la totalidad. Dijeron un NO rotundo.