sábado, 1 de agosto de 2009

¿AMOR PROPIO Y PLACER CONTRA ETA?

Creo haberme explicado mal en el post anterior. Por el comentario de Jusamawi creo que así ha sido.

Yo no trataba de disculpar a los que guardan silencio en el país vasco. Aunque no voy a ser el que los acuse porque no se si tendría más valor que ellos. Pero como dígo no era el tema que yo quería plantear con la carta-ficción.

La conducta valiente de Savater no se deriva de sus presupuestos teóricos. Esa es mi idea. O dicho de otra manera. Defendiendo las mismas ideas de Savater cabe perfectamente la conducta del cocinero cobarde.

ETICA COMO AMOR PROPIO. ¿Condeno a ETA por mi bien, para vencerlos y poder vivir en un país mejor? ¿Y si de momento lo único que consigo es que manden amenazas a mi restaurante y me arruinen el negocio? Sí, yo como persona soy muy honrado y muy justo por haberme enfrentado a la banda asesina pero ¿qué hago? ¿traslado mi restaurante a Madrid?
Ser justo no me cabe duda de que es muy beneficioso a nivel personal. ¿Pero cual es el beneficio que obtiene un muerto? Recuérdese que Savater es ateo y en consecuencia esta vida es todo lo que tenemos.

EL PLACER COMO UN VALOR IMPORTANTÍSIMO. Creo que es fácil imaginar qué placeres puedes perder si estás amenazado por ETA. Hasta puedes perder la condición básica que hace posible cualquier placer: la vida. Cuando le leo a Savater su encendida defensa del placer en “El valor de elegir” me pregunto: ¿Pero en qué lugar de la escala de valores queda el placer? ¿Hay que sacrificarlo a la lucha por la justicia?

Lo que yo creo es, pensé que podía traslucirse en lo que dice mi cocinero, que la admirable conducta de Savater no nace de sus planteamientos teóricos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias en primer lugar por molestarte en explicar de nuevo lo que querías transmitir en tu anterior entrada.
Planteas un problema de muy difícil respuesta.
Es comprensible la argumentación de tu cocinero.Lo que no es comprensible es el silencio constante. Un silencio que va más allá del miedo razonable de una persona concreta.Es un silencio en el que la mayoría se refugia, y no se están jugando la vida,cuando ni tan siquiera se habla de este tema por no herir susceptibilidades.A mí esto me parece ridículo.No es normal que ni en el ámbito privado se hable de este asunto.El problema es más grave aún pues el silencio es sólo de una parte.Aquí no todo el mundo puede o se atreve a decir lo que piensa.Ese silencio acaba siendo cómplice aunque surja del miedo.
Te pongo un ejemplo: hace dos días han muerto asesinados dos guardias civiles.Hoy en una comida de amigos, alguien saca el tema y otro comenta que ese es el riesgo que tenían por ser guardia civiles, que lo podrían haber evitado no siéndolo.Oyes esto y lo normal sería levantar la voz y mandar a paseo a quien ha dicho esto, no importa si es ,tu amigo o tu primo. Pues no, el resto de comensales lo que trata es de cambiar de tema, no quiere hablar y de hecho,casi siempre ganan.No por estar de acuerdo con lo que ha dicho el bocazas sino porque les incomoda, porque quieren seguir comiendo en paz y prefieren hablar del tiempo o de fórmula 1.
Nadie se está jugando la vida pero nadie da respuesta.Eso es silencio cómodo, cobarde, cómplice.

Lo que planteas de la fe también nos llevaría a plantearnos cómo un ateo puede ser escalador o funambulista.
Podríamos pensar también que los creyentes en otras vidas serían siempre los más valientes y osados. Es claro que esto no es así.No hay relación directa entre fe y valentía.
No todo el mundo que calla se está jugando su medio de vida y su vida.
Savater y otros muchos sí lo están haciendo y es admirable su conducta.
El silencio empieza por evitar conflictos y acaba siendo indiferencia ante lo que pasa por más terrible que sea.
En el lugar en el que ahora me encuentro se han celebrado 5 minutos de silencio en memoria de los dos últimos asesinados.Media hora después comenzaban las fiestas del pueblo en medio de cohetes y gritos. En todo el día nadie ha comentado nada de los asesinados y sí sobre los globos de colores que adornaban el ayuntamiento.

Tu cocinero tiene que ser valiente para expresar en público su rechazo a Eta.Su silencio es comprensible, no por ello deja de ser cobarde.
Los amigos que no han dicho nada al bocazas no necesitan ser en absoluto valientes para hablar.Si no lo hacen es por algo peor que la cobardía: la indiferencia.

La diferencia entre el cocinero y Savater es precisamente la diferencia entre la cobardía y la valentía. los cobardes, y todos podemos serlo, sopesan los pros y contras de sus acciones, los valientes no.

elquebusca dijo...

Deja que piense mi respuesta a lo que cuentas. Pero te diré que lo del escalador y el funambulista me parecen lo mejor.

elquebusca dijo...

Jusamawi, dices: “y no se están jugando la vida, cuando ni tan siquiera se habla de este tema por no herir susceptibilidades.”

Mi idea es que la gente no se enfrenta a quien defiende las posiciones batasunas porque a nadie le gusta el mal rollo. Enfrentarse verbalmente a las posiciones batasunas es en último término terminar enfadado con la otra persona. Y nadie quiere enfados.
A ver si un día puedo contar en el blog el enfrentamiento que mis cuatro hermanos tuvimos con un quinto hace ya años por este motivo. Sería suficiente con encontrar y subir al blog la carta que le escribimos “cantándole las cuarenta” con motivo de celebrar juntos la Navidad. ¿Qué generó todo aquello? Un malestar familiar tremendo. Sobre todo sufrió mi madre (que le parecía que queríamos excluir a uno de los miembros de la familia). ¿En qué paro todo aquello? En un distanciamiento grande con respecto a mi hermano batasuno, sin que llegáramos a dejar de hablarnos y en un silencio absoluto sobre el tema, para no agravar más el follón. Son muchos años los que llevamos sin hablar de política. Prácticamente ni una palabra, ni de ese ni de otros temas.
Mi idea es que nadie quiere malos rollos.

Es la famosa fractura social que siempre quería evitar Ibarreche. Unos matan a otros en Euskadi, pero Ibarreche de ningún modo quería que ese odio se traslade a los vecinos. Quería evitar a toda costa que ese odio que sienten los batasunos por lo español o los españolistas se traslade al trato diario entre vecinos. Con el paso del tiempo se convertiría en algo parecido a una guerra civil. Guerra civil que perderían los batasunos, claro.

No obstante yo hablo desde fuera de Euskadi, (esa comida que cuentas tampoco sé si es dentro o fuera de Euskadi, creo que la cosa cambia mucho) la filia de mi hermano es un caso excepcional fruto de su rebeldía política y él era uno de esos que votaba las listas Batasunas cuando este partido se podía presentar a las europeas. Creo que lo que pasó en mi familia no hubiera pasado viviendo en Euskadi y no hubiera pasado porque el miedo es gratis y cada uno coge el que quiere. Son muchos los que se oponen a ETA pero en el momento que hay muertos da miedo estar en el lado de las víctimas. Significarse claramente allí debe asustar por temor a que la violencia te salpique. Claro que no te van a matar ETA, siendo un tipo corriente, pero alguna colleja de un joven borroka si te puedes ganar por la calle o una pedrada en el coche.

Dices “No hay relación directa entre fe y valentía.”

Pues llevas razón. Me has convencido. Lo cual me hace perderle un poco de respeto a los héroes. Nombras el funambulista y el escalador. Se podría nombrar también al torero. No se trata de tener principios muy firmes en los que creer ni de fe en la otra vida. Hay gente que expone su vida a un riesgo grave por otros motivos. Esos ejemplos muestran que hay gente con menos sentido del riesgo o que se siente con más fuerzas para eludir esos riesgos con éxito. Quizá necesitan estar muy cerca de la muerte para sentir alguna emoción y sentirse vivos. No sé, en todo caso con tus ejemplos me has descubierto un mundo. Tipos que se juegan la vida por “divertirse” (escalador) o por ganarse la vida o emocionarse (funambulista o torero).
¿Por qué entonces nuestra admiración por el héroe? Si su valentía puede no depender de la fuerza de sus convicciones ni de su altruismo (como no depende en los ejemplos que tú has descubierto) ¿a qué tanta admiración?


Dices: "los cobardes, y todos podemos serlo, sopesan los pros y contras de sus acciones, los valientes no.”
No estoy de acuerdo con esta última frase pero ya he escrito bastante por hoy.
¿Por qué la valentía no puede nacer de un calculo prudente? El valiente no es un tipo que se calienta y se lanza a la pelea sin medir el riesgo. Desde luego si lo admiramos no es por ser espontaneo y meterse un un lío por imprudente.
¿Por qué el cobarde no puede ser alguien que solo ve el peligro y éste le ciega para ver las posibles ventajas de enfrentarse a él en vez de huir?

Anónimo dijo...

El problema del silencio es que siempre callan los mismos.La sociedad vasca está tan enferma que cosas tan naturales como discrepar, opinar, comentar o incluso hablar en voz alta casi nadie se atreve a hacerlas.El miedo se propaga fácilmente, amenazar es gratis.No sólo hay silencio cuando uno ve amenazada su integridad física.El silencio cobarde llega cuando acepto con sumisión que lo que yo pienso no puede ser expresado( para no molestar, para no herir susceptibilidades o para tener la fiesta en paz) y, sin embargo, los otros pueden decir lo que quieran.
Yo sí hablo desde dentro del País Vasco y te aseguro que la fractura social de la hablaba Ibarretxe existe desde hace muchísimos años.Es inútil pretender que no existe. El problema es todavía más grave puesto que para evitarla a unos se les pide silencio y a los otros se les colma de contemplaciones.
No decir nada y mirar siempre para otro lado se han convertido en el deporte preferido.
En un lugar en el que no ser independentista es sinónimo de fascismo, y opresión,en el que querer estudiar en castellano es imposible, en el que a los estudiantes se les miente sistemáticamente,en el que hablar es jugarse la vida, en el que discrepar políticamente es romper las relaciones amistosas o familiares, en el que para ser profesor de lengua española te exigen dominio del euskera,en el que muere gente y casi nadie dice nada, en el que si te apellidas López lo tienes crudo para ser futbolista por ejemplo,en el que el miedo se respira,en el que la televisión pública es manipulada siempre en el mismo sentido, en el que la gente calla y considera loco y molesto al que habla es, verdaderamente, una sociedad enferma.

La valentía yo la entiendo simplemente como ser consecuente con lo que uno piensa.Ser consecuente implica poder actuar y por tanto implica libertad.

Cuando tengo claro lo que quiero decir y hacer, pero antes de hacerlo sopeso los pros y contras y al final decido callar o no hacer nada, estoy siendo un cobarde.Callar cuando deseamos hablar es cobardía aunque podamos comprender las razones de esa cobardía.
Hay muchas cosas que se pueden decir y hacer sin jugarse la vida.

El héroe mítico realizaba proezas sobrehumanas.Eso le separaba de los mortales.En un mundo como el actual, lleno de cobardía e hipocresía ver que alguien es consecuente con lo que piensa empieza a parecernos sobrenatural.