lunes, 14 de septiembre de 2009

¿ERA TONTO GIOVANNI PAPINNI? (1)

Para que podáis responder a la pregunta del título (una provocación publicitaria) os resumo “El verdadero cristiano”, un cuento de Papini que se puede encontrar en su libro “Memorias de Dios”.

Nuestro protagonista, que siempre ha querido ser cristiano auténtico, no sólo de nombre, consulta su problema vital a un viejo canónigo, que es un afamado teólogo moralista.

Habla nuestro protagonista:
“El signo del verdadero cristiano es el desinterés. Quien hace algo por obtener recompensa no es digno de Dios. Quien sigue ciegamente su natural no es digno de Dios. Quien consigue hacerlo todo por nada y vencerse a sí mismo es digno de Cristo, Cristo ha sufrido por nosotros. Cristo es Dios, es decir, infinito, y por eso su dolor es infinito y no podremos nunca sufrir lo que él ha sufrido, aunque suframos eternamente.”

“Que no hay que buscar compensación al bien que hagamos, resulta evidente de varios pasajes del Evangelio, y sobre todo de aquellos en que se nos ordena devolver bien por mal. (…) Es menester, pues, no sólo hacer bien a quien nos ha hecho bien, sino al que nada nos dará en compensación, y sobre todo, queriendo ser perfectos, a quien nos corresponderá haciéndonos mal.”
Pero ante estas conclusiones se le plantea el siguiente problema:
“El mal que los hombres procuran no es un mal verdadero; es una intención, un simulacro de mal. El mal horrendo y eterno es privación perpetua de la bienaventuranza, el castigo infinito que sólo Dios puede infligir, es, en una palabra, el infierno.”.

“¿Cuál era, pues, el problema primero y único de mi vida de perpetuo cristiano? El de obtener el infierno, sin hace mal a los demás hombres, antes al contrario, haciéndoles bien según los mandamientos de Dios y de Jesús.”
El mérito auténtico sería hacer el bien pero renunciar al cielo como recompensa.
“¿Qué mérito tiene sacrificarse un poco durante los veinte, treinta, cincuenta o sesenta años de la vida terrena, cuando se tiene delante la recompensa eterna y cierta, mil e infinitas veces mayor, el gozo divino por excelencia?”
Pero además nuestro hombre tenía una dificultad añadida para conseguir su objetivo. Él era de natural bueno y lo que le salía espontáneamente era hacer el bien a los otros.
“Lo que no cuesta ningún esfuerzo, que no atormenta, que no se obtiene a través de durísimas pruebas y despiadadas batallas, no tiene valor ante Dios.”
¿Qué hacía este hombre?
Quería hacer el bien a todos pero renunciando al cielo como premio. Por un lado hacía el bien a los demás todo lo que podía y por otro blasfemaba (no sólo con los labios, con el alma) e incumplía todos los mandamientos de la Iglesia con el afán de condenarse. “Por la noche, a la busca de pecados, de culpas y vicios, que me perjudicasen e hiriesen a mi sólo.”

Como para él ser cristiano consistía en ser desinteresado anhelaba ser “digno del infierno” y habiendo hecho el bien a todos recibir, sin embargo, un castigo eterno.
“¿Y quién será tan cobarde que acepte el cielo? (…) Por haber hecho una pequeña caridad, por haber dado tu pan y tu capa y alguna lágrima, ¿querrías gozar la alegría perfecta y eterna? ¡Qué vergüenza! ¡Qué infamia! ¡Lejos de nosotros ese espíritu mercantil y judaico!”
El “verdadero cristiano” le pregunta al canónigo si cree que lo que hace bastará para condenarse. Y cuando éste le responde que no, que cree que se salvará porque Dios perdona hasta al pecador más endurecido si se arrepiente… ¿sabéis lo que hace nuestro protagonista? Buscando un pecado imperdonable apuñala al canónigo y luego antes de arrepentirse y para no hacerlo abre una ventana y se suicida arrojándose por ella. Así termina el cuento:
"Dos horas después, unos hombres encapuchados de negro, llevaron al depósito los restos del último cristiano."

¿Era o no era tonto Papini?



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En relación con la ética de Kant alguien ha sugerido que su teoría nos lleva a una paradoja parecida. Si la auténtica acción moral es la que se hace por amor al deber y no siguiendo tu propia inclinación ¿no sería la persona más moral aquella que hace el bien pero desea con todas sus fuerzas hacer el mal?

5 comentarios:

Serenus Zeitbloom dijo...

Mientras leía, preguntándome por la tontería de Papini, pensaba en Kant. Y me molestó encontrarlo al final, pues pensé “leñe, me ha fastidiado el comentario”. Pero no, creo que Kant no dice, como sugería el gracioso Heine, que hay que hacer el bien a disgusto y con gesto torvo. Lo que dice Kant es que el hombre bueno es el que obra según principios racionales –con independencia de sus inclinaciones naturales (que se mueven por intereses particulares, y no por principios universales, como exige el imperativo categórico. Si en un hombre coincidiese la inclinación con el principio racional, no sería malo, simplemente sería santo o la perfección de la bondad. Lo cual es mucho exigir y esperar.

Para considerar un buen hombre a nuestro vecino basta con que no nos asalte, a pesar de desear nuestros bienes y a nuestra novia.


Salud

pseudopodo dijo...

A mi me parece que aquí Papini caricaturiza a quienes siguen al pie de la letra los principios sin un poco de esprit de finesse (que, ahora que caigo, se podría traducir en español por un poquito de porfavor :-)

Pasa con los principios morales pero también con los filosóficos, sobre todo en los seguidores de una gran figura que luego sus teorías y se aplican la letra y no el espíritu.

Por supuesto que hay una paradoja en la prescipción moral cristiana, pero es que todo lo importante es paradójico. Con la santidad que busca el personaje de Papini pasa lo mismo que con la espontaneidad (uno no puede "convertirse en natural") y con la felicidad (que sólo puede ser un subproducto). Y sin embargo, hay gente espontánea, y hay gente feliz (más o menos)...

Serenus Zeitbloom dijo...

En respuesta a tu pregunta en el blog de Pseudópodo.

Procuro que waldenland25 no acabe por contaminarse de cuestiones didácticas -sería ya para echar el cierre.

El esquema de trabajo que les facilito para que realicen el trabajo es este:

-supongo que no será un problema entender el valencià-

Orientacions. Esquema de treball.

I. Introducció

1. Autor i obra.
2. Presentació de l’obra.
Argument. Tema, propòsit de l’autor.
Personatges.

II Anàlisi Social

1. Estat i institucions polítiques.
Règims polítics. Legitimació del poder.
2. Sistema econòmic : Treball i Tecnologia.
3. Estructura social.
Estratificació social: esclavisme, castes, estaments, classes socials.Mobilitat social.
Grups de socialització (agents de socialització , sistema educatiu, mitjans de comunicació.)
Família i sistemes de parentat. Monogàmia, poligàmia, poliàndria, poligínia.
Conflictes. (actituds davant de la diversitat cultural: Etnocentrisme, relativisme cultural, universalisme cultural )
4. Gènere i desigualtat.
5. Religió. Monoteisme, politeisme.. etc
6. Llenguatge.
7. Dret i justícia ( La Declaració de Drets Humans)
Lleis, delictes penes, institucions penitenciàries. Policia, militars.
La guerra.
Normes i valors morals.
8. Art. Valors estètics.
9. Medi natural, urbanisme etc.
10. Altres : Oci i temps lliure. Sexualitat. Drogues. Sanitat, salut i malaltia, sistema sanitari.


Explico someramente los puntos en una clase o a lo sumo en dos. Leo en clase el relato de Borges "El etnógrafo" y lo utilizo como apoyo para explicar algunos de los puntos y también la índole del trabajo. Para la exposición les doy uno o dos días -con la reducción de carga lectiva de la comunidad valenciana el último curso lo limité a una.. lo ideal son dos horas..-

Les advierto que no deben contar el desenlace del libro, que procuren que su exposición sea una invitación a su lectura y no su sustitución..

Es una actividad que funciona muy bien, la hago a mediados de mes de mayo y primera semana se junio.

Ya me contarás

saludos.

Desde la caverna de Platón dijo...

Quizás este conflicto no ocurre en la Ética de Kant, y tiene razón Serenus, pero sí en la "Religión dentro de los límites de la mera razón": la única posibilidad de aunar "eticidad" y "bondad religiosa" es que el acto santo sea inconsciente: Dios tiene que haber introducido en el interior de nuestros corazones su legislación. O dicho de otra manera, el hombre éticamente bueno es religiosamente bueno sin darse ni cuenta. Un juego de manos para evitar el asesinato del canónigo y el inmediato suicidio.
Un saludo a todos.

elquebusca dijo...

Serenus, agradezco mucho que me pases el esquema que usas. Me será de utilidad. Muchas gracias. Y perdona la tardanza en responder.

Todos vuestros comentarios muy interesantes.