sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Era tonto Giovanni Papinni? (2)

Cuando escribí ¿Era tonto Papinni? pensé que sería muy fácil explicar dónde estaba su error. Cuando me he puesto a ello me ha resultado dificil. Desde mi punto de vista la equivocación está pensar que el absoluto desinterés es lo esencial del cristianismo. Buscar el propio bien no solo no es malo sino que es inevitable. Incluso podría decirse que la ética podría reducirse a un único consejo: ámate a ti mismo.

Aristóteles cuando habla de la amistad dice: "Hay que amarse, antes que nada, a uno mismo”. ¿Por qué un sabio griego recomienda un cierto “egoísmo” cuando, en la vida común, tiene tan mala fama?

Podemos diferenciar un amor a uno mismo inteligente de otro necio.
El problema está en determinar cual es nuestro auténtico bien. El que sabe ver que la felicidad de los otros es una parte de la propia felicidad está en el camino correcto. Quien piensa que puede ser feliz creando infelicidad se equivoca.

Claro que cuando aquí hablamos de FELICIDAD no nos referimos a un simple un sentimiento puramente subjetivo (“sentirse feliz”) sino a algo en cierto modo objetivo: ser un hombre completo (“realmente sentirse felices”).

En el DRAE se define el egoismo como "Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás."
Aunque todos entendemos lo que el diccionario quiere decir, ¿puede haber excesivo amor a uno mismo?
Desde el planteamiento que yo prefiero lo único que puede haber es un amor a uno mismo mal entendido.

1 comentario:

Animal de Fondo dijo...

Pues estoy de acuerdo contigo, creo, y te considero más formado que yo para desarrollar la idea. Yo siempre he dicho que si intento practicar la bondad a toda costa es porque lo que más me gusta es el "lujo asiático". Realmente, cuando consigues hacer el bien recibes una respuesta no sé si hormonal que debe superar cien veces a la cocaína, aunque esta no la he probado. ¿Qué vida puede haber mejor que la de sentirse bien con uno mismo y con los demás? ¿Cómo cotizaría en bolsa el dormir a pierna suelta y vivir tranquilo?
Siempre me ha sorprendido ver a gente riquísima llevando una vida de perros, agitada e inquieta. ¡Y piensan que en eso consiste el lujo! ¡En preocuparse por el estado del barco si ha habido tormenta!