viernes, 11 de diciembre de 2009

Una majadería de Twain

Alguien en un blog hablaba de Mark Twain como el "siempre acertado Mark Twain". ¿Siempre acertado? La única frase que recuerdo suya me parece una majadería.

"El cielo lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía."

Ni como chiste tiene un pase. Es una excelente muestra de una mala interpretación de la religión. ¿A quién Twain en el infierno?

Gente como Hitler, Stalin, Pol Pot ... ¿le parecería buena compañía?
Josef Fritzl, el individuo suizo que tenía encerrada a su hija en un sótano y la violaba desde su adolescencia ¿es buena compañía?
Los asesinos de mujeres y niños ¿son buena compañía?

Por lo visto, Twain debía creer que el infierno estaba lleno de putas, sino no me lo explico. Y que a esas alturas, por lo visto, trabajarán gratis.

¿No conocería aquello de que "las putas os precederán en el reino de los cielos"?

La frase me parece de un absurdo irritante. Me recuerda a esos tontones que sin pensar mucho dicen que el cielo debe ser muy aburrido.
¿Pero sabrán lo que dicen? Lo mínimo que se puede pedir a la gente es un poco de lógica manejando las ideas.

Si alguien te habla de una habitación circular no parece muy razonable que le preguntes qué muebles tienen colocados en las esquinas. ¿O sí?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si el criterio con el que se acepta o no a alguien en el cielo no depende de lo que ha hecho realmente, sino de cuáles eran sus intenciones al hacerlo, habrá entonces que concederle una plaza en el paraíso a todos esos grandes reformadores sociales, como Hitler, Stalin Mao Ze Dong, Fidel Castro o,Pol-Pot.
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Aunque lo que realmente produjeron fue objetivamente espantoso, sus intenciones no podían ser mejores: lo que todos ellos pretendían era el bien de la humanidad. En aras de ese gran progreso había, es verdad, que hacer algunos sacrificios, pero estos sacrificios parecían razonables y asumibles si se los comparaba con lo que la "ciencia" aseguraba que se iba a obtener a cambio.
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Porque, no lo olvidemos, las teorías racistas del Nazismo, que hoy pueden parecernos tan disparatadas, formaban parte del "consenso científico" de finales del siglo XIX y principios del XX. El marxismo, por su parte, siempre fue (y para muchos profesores universitarios sigue siendo) una doctrina estríctamente científica.
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El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones, dice la sabiduría popular. Pero los teólogos aseguran que "la intención es lo que cuenta".

(Athini Glaucopis)

elquebusca dijo...

Athini, no sé de dónde sacas que la intención es lo que cuenta. Si nos atenemos a una pasaje del evangelio en el que se habla del jucio final desde luego la cosa no es así. Es en Mateo 25, 35. Los que éstán a la derecha de Dios, los elegidos, preguntan que por qué ellos están salvados y Jesús responde: "Porque tuve hambre y me disteis de comer, tu sed y me disteis de beber..."

Se ha dicho mucho en los púlpitos. El examen final es un examen de amor. No sé si tú te moverás en la esfera protestante.
Puede que ahí sea otra cosa. Para Lutero bastaba con la fe. Por eso excluyó de las escrituras inspiradas por Dios la epístola de Santiago. Para Santiago no vale una fe sin obras.

En realidad la sabiduría popular del refran que nombras nacía de lo aprendido de los curas que interpretaban la Biblia.