domingo, 31 de mayo de 2009

¿CONSECUENCIAS DESAGRADABLES?



Imaginemos la habitación de una casa con dos ventanas. Una de ellas no puede cerrarse, no tiene con qué. La otra la mantienen cerrada los habitantes de la casa. Es invierno y por la ventana abierta entra mucho frío. Con la otra hay mil conflictos. No termina de cerrar bien y tiene facilidad para abrirse sola con el viento. Algunos de los habitantes ponen más empeño que otros en mantenerla cerrada y se lo reprochan a los demás. Algunos creen que habría que hacer turnos para vigilar que siempre esté cerrada. Otros quieren inventar un mecanismo para que nunca se abra. Algunos, más puntillosos se empeña en poner algo que impida el paso del aire por las rendijas cuando esté cerrada.

Nadie parece querer atender al frío que entra por la otra ventana . ¿Es que hacen como si no se dieran cuenta? ¿Tiene sentido tanto esfuerzo con una cuando la otra está como está?

El argumento de autoridad es el más débil de todos. Es suficiente con decir que la presunta autoridad no es tal para que quede anulado. Además parece que se acude a la autoridad cuando la fuerza de las cosas no muestra claramente la verdad que queremos demostrar. Pese a todo, aunque no convenza a nadie, me quedo más tranquilo si coloco a mi lado a un gran escritor: Tolstói.

12-noviembre-1860
“Un muchachito de 13 años murió de tuberculosis en medio de horribles sufrimientos. ¿Por qué? La única explicación es dada por la fe en el desquite en una vida futura. Si esa fe no existe, entonces tampoco existe la justicia y no hay necesidad de justicia, y exigir justicia es una superstición.”
Diarios (1847-1894) Lev Tolstói.


Alguien puede decir. “Del hecho de que de una proposición (Dios no existe) se deriven consecuencias desagradables no la convierte en falsa”.

Aunque cabría intentar soluciones pragmatistas a esta objeción concedamos que es cierta. Lo que no parece lógico es admitir la proposición y al mismo tiempo ocultar o no querer ver las consecuencias por inconvenientes que sean.

¿Dios ha muerto? Si así es saquemos las consecuencias correspondientes. Como hace Tolstói.

sábado, 30 de mayo de 2009

LA SOBERBIA DE LA VIDA

Me entero a través de Jesús Zamora Bonilla que el autobús ateo en Estados Unidos lleva el siguiente lema: “In the beginning, man created God”

La explicación del origen de la religión de Feuerbach se ha hecho muy popular y cuando se la explicas a los alumnos en seguida la entienden, porque es algo que está en el ambiente.

Creo que fue Henri de Lubac el que explicó que el ateismo actual ve en Dios a un enemigo del hombre.

Supongamos que a dos seres humanos se les presenta como algo muy evidente que Dios no existe.

Su reacción ante esta evidencia puede ser de dos tipos:

- 1. Qué pena.

- 2. Qué alivio.

La primera es la que me parece más coherente con los deseos humanos. De su inexistencia se deriva que no existe justicia universal y todas las víctimas de este mundo nunca tendrán compensación. Además de otras consecuencias, todas bastante desagradables. Entiendo el lamento.

La segunda es la del ateismo actual. El hombre contemporaneo se siente poderoso, de algún modo se siente omnipotente, y en su ceguera se ha llegado a creer que las cosas pueden llegar a ser exactamente como él quiere que sean. Le parece que no necesita a Dios. Dios es un obstáculo para que nazca el superhombre. Es como un niño que se ha hecho joven y no ve en el padre un trampolín que le brinda mil posibilidades de acción sino alguien que con sus prudencias le quiere imponer precauciones y normas que lo limitan en lugar de darle alas. Ya no es el padre acogedor que lo consolaba, ahora es un adulto con poder sobre él que aún lo quiere controlar.

Dios impide ser al hombre. Sería una mala noticia que existiera. El ateismo actual ve a Dios como una norma externa que lo asfixia. Savater en su libro “Las preguntas de la vida” no habla nunca o casi nunca de Dios pero el simple hecho de que pueda existir UN ÚNICO UNIVERSO ya le revienta. Un mundo único con leyes regulares donde el ser humano (y él concretamente) tendría ya asignado un lugar prefijado es una especie de condena maldita.

Creo que era Nietzsche el de “Si Dios existiera, no soportaría no serlo”. Para el hombre actual es una mala noticia que Dios exista porque es él el que quiere ser Dios.

¿El hombre creó a Dios porque no soporta que la muerte y la injusticia sean la última palabra?

¿O el hombre mató a Dios porque no soporta no serlo? Somos seres menesterosos, necesitados y dependientes pero nos soñamos omnipotentes y absolutos. Creemos que Dios es un obstáculo en ese sueño.

Si se trata de buscar explicaciones psicológicas al “teismo”, la que expongo sería la correspondiente al ateismo.

…………………………

El problema se solucionaría si creyeran el “Gloria Dei, vita hominis” de S. Ireneo.
LA GLORIA DE DIOS ES QUE EL HOMBRE VIVA.

domingo, 24 de mayo de 2009

¿Es la moral de Savater una apuesta?

Savater defiende una ética del amor propio. Es decir, al primero al que benefician las normas éticas es al propio sujeto. Porque quiero mi propio bien soy moral. La norma ética no es algo externo que me veo obligado a cumplir, sino que “lo que debo hacer” es exactamente lo que me hace mejor persona. Felicidad y plenitud se consiguen siendo moral. Incumplir las normas morales sería hacer lo que no nos conviene, no con cortedad de miras buscando un beneficio inmediato sino como miembro de una sociedad y a largo plazo. No me es ajeno este tipo de ética. (Creo que Kant es lo más lejano a ella. Es consciente de que no siempre la virtud conlleva la felicidad. Hay que ser moral con independencia de que ello nos haga felices o no).

¿Es mejor sufrir una injusticia que cometerla?

¿Puede ser esta frase de reminiscencia socrática parte de una ética del amor propio? Creo que si. El que comete una injusticia se degrada más aún que el que la sufre. El torturador se convierte en un monstruo y aunque no sufre la pena que el torturado, su persona se destruye más y su degradación es mayor que la de aquel al que infringe tanto mal.

Sin embargo lo que me cuesta entender es el ateismo.

Savater se juega la vida denunciando sin tapujos a ETA. ¿De qué modo se da aquí su ética del amor propio? Se me ocurren varios beneficios que pueden darse simultaneamente. Las numero sin que esta ordenación signifique grado importancia.
1. Él quiere vivir en un país donde se pueda hablar libremente. Para ello cree que hay que acabar con ETA y cree que es posible. Si ETA es vencida él podrá vivir libre y disfrutar del país vasco como desearía.
2. Savater, escribe en El País, y ha sido siempre admirado por la izquierda. Con su lucha, a brazo partido, contra ETA durante el gobierno de Aznar, consiguió además ganarse la admiración de la derecha. Todo hombre atento ha sabido ver su valentía y ha reconocido que su acción nos beneficia a todos. No digo que Savater lo haga por dinero pero creo que su lucha política le ha dado también una tremenda publicidad que se ha podido traducir también en ventas. Que conste que este beneficio no me parece un bien despreciable ni poco noble. Esto no es una especie de crítica encubierta (¡¡es que lo hace por dinero!!) Tener una vida más confortable y relajada es mejor que vivir en la estrechez. Y me parece absolutamente legítimo luchar por ello. Yo, como casi todos, creo, preferimos ganar más que ganar menos.
3. Es mejor ser valiente que ser cobarde. Un hombre íntegro que denuncia la injusticia es mejor que el que se calla por temor. El primero se ennoblece, el segundo se degrada en su silencio. (dada mi tendencia metafísica, tiendo a pensar que es este es el mayor beneficio, al menos teóricamente, no digo que yo lo practique)

Savater se beneficia si consigue vivir en el país libre que desea vivir, si consigue la admiración de todos (que puede ser simplemente la gloria o que puede traducirse en euros) y si se ennoblece defendiendo la justicia.

¿Qué sucede si pierde en esta lucha? ¿Qué pasa si lo mata ETA?
¿Ha ganado pese a todo? Desde su ética del amor propio… ¿Debería haber sido más prudente y no haber apostado tan fuerte? ¿Su lucha heroica es una apuesta que ha perdido? No estoy seguro qué respondería Savater a estas preguntas.

1. Si lo que quería era poder vivir en un país libre, no lo ha conseguido. Aunque ha conseguido ser libre mientras ha vivido. ¿Mejor unos pocos años “sin callarse” que muchos más callando? Supongo que es una elección.

2. Lo mismo sucede con respecto a la fama y el dinero.

3. ¿Y con respecto a “ser mejor persona”?. ¿Ha ganado o ha perdido si todo se acaba con la muerte? Es claro que todos vemos que es infinitamente mejor el valiente que el cobarde, el justo que el que no denuncia la injusticia por temor a sufrirla. Pero… ¿si todo se acaba con la muerte? ¿qué significa “ser mejor persona”? ¿No es infinitamente más valioso un cobarde degradado pero vivo que un valiente muerto? ¿En qué consiste (una vez muerto) la valía –la infinita valía- que atribuimos al héroe y al hombre íntegro?
¿Su valor solo vale mientras está vivo?

Me recuerda aquella frase que creo que atribuían a La Pasionaria: “Mejor morir de pie que vivir rodillas” ¿No se está afirmando con ella que hay un valor metafísico que no acaba con la muerte? Es mejor morir que vivir como un esclavo. ¿Cuál es la ganancia del que muere libre si no fuera que su valor es más poderoso que la muerte? No digo que el que es fiel a esta frase tenga que creer exactamente en la resurrección pero sí al menos en una especie de entidad metafísica que sigue siendo valiosa tras la muerte. Su valor en vida trasciende la muerte, va más allá. La grandeza del hombre justo es tanta que no se acaba con la muerte. No puedo comprender que sea de otra manera.

Al que en su vida actúa fiel a la frase socrática yo lo llamaría creyente.

sábado, 23 de mayo de 2009

PSEUDÓPODO versus JESÚS ZAMORA BONILLA

Los blogs que más leo estas últimas semanas son absolutamente opuestos en sus planteamientos aun teniendo algo en común: la inteligencia.

El blog de Pseudópodo es el de un físico creyente, profesor de universidad en Madrid, que quiere hacerse un mapa del mundo más amplio que el que proporciona la física. El conocimiento científico, según él, no agota lo que el mundo es y no todo lo que queda más allá de la ciencia es irreal o mera superstición. Muy interesado por la filosofía es además un gran lector. Comparto muchos de sus planteamientos pero además me seduce en él ese ir contra lo común, lo tópico. Cuando parece que hoy los científicos hacen profesión de ateismo (al menos los que más se oyen), Pseudópodo nada contracorriente. En esta entrada se encuentra su crítica, con enlaces, a la visión cientifista del mundo.

A bordo del Otto Neurath es el blog de un positivista. Su autor, Jesús Zamora Bonilla es catedrático en la UNED en el departamento de lógica, historia y filosofía de la ciencia. Es un ateo interesado en el tema de la religión, sostiene que el libre albedrío no existe y defiende una moral naturalista (carente de elementos sobrenaturales). Todo este planteamiento me es muy lejano y sin embargo encuentro muy interesante enterarme de qué manera se puede construir toda una visión del mundo partiendo de presupuestos tan diferentes a los míos. Les recomiendo un escrito sobre la polémica en torno al ateismo en las librerías.

Jesús comentó en una de las entradas anteriores de mi nuevo blog y en seguida tuve ganas de entrar en debate con él. Luego he estado leyendo entradas antiguas en su blog y he visto que ya ha tenido hace tiempo, con otros, largas discusiones sobre los temas que me interesaría debatir a mí. Antes de animarme a “entrar en profundidades” me parece elemental conocer algunas de las cosas que ya tiene escritas. Por lo que veo sobre muchos de los asuntos que enseguida se me ha ocurrido preguntar ya ha contestado con anterioridad.

Me lo pasé muy bien cuando descubrí a Pseudópodo. También lo estoy pasando estupendamente con mi nuevo descubrimiento. Esto del mundo virtual da muchas alegrías.

jueves, 7 de mayo de 2009

¿CIENCIA VERSUS RELIGIÓN?

Cuando hablas con los alumnos de bachillerato sobre el problema de Dios siempre plantean el tema de la religión en conflicto con la ciencia.
¿Tiene hoy esto sentido?
Tradicionalmente la religión explicaba la realidad. ¿Es hoy la religión una explicación del mundo en competición con la ciencia? Depende de qué entendamos por mundo. Si de lo que hablamos es del mundo físico (el que se capta por los sentidos y puede ser estudiado por la ciencia, el que Kant llamaría el mundo fenoménico) la religión no creo que tenga nada que decir. No creo que deba existir polémica entre evolucionismo y creacionismo. “Dios creó el mundo” es una verdad metafísica. No se trata de una verdad histórica ni física que pudiera ser comprobada un día por los científicos que se remontaran, con algún tipo de indicios, hasta “la gran explosión”. No es una verdad física sino metafísica.
Dios tiene que ver con el sentido del mundo y de la vida. Según Zubiri no es un objeto más (que como tal pueda ser encontrado), debe ser entendido como realidad-fundamento y no como realidad-objeto.
Cuando decimos que existe un Padre bueno de lo que hablamos es del sentido de la realidad, no de su materialidad física. Lo que queremos decir es que la vida no es arbitraria, azarosa ni absurda. Existe un orden benevolente. Aunque exista la enfermedad, la injusticia y la muerte, la vida es buena, y estas realidades no son la última palabra.

Cuándo un padre al que se le ha muerto su hijo pequeño pregunta desesperado por qué no está queriendo saber exactamente qué enfermedad lo ha matado. No busca una explicación empírica que es la que puede dar la ciencia.
¿Qué respuesta da la religión a la pregunta del padre desesperado?
Que la muerte en la cruz de Cristo no es el final. La cruz es real, es horrorosa pero no es lo es todo. La religión cree que de un modo misterioso esa muerte será superada. Ante la realidad de la muerte cabe la fe en LA RESURRECCIÓN.

En ese terreno, el sentido del vivir, es donde creo yo que la religión tiene su campo. La ciencia empírica no creo que sobre ese asunto tenga nada que decir.

domingo, 3 de mayo de 2009

¿el placer de leer?

En las jornadas de animación a la lectura a las que he asistido algunas veces he notado que los participantes no parecen tener del todo claro cuál es el principal objetivo de la lectura.

Por un lado elogian la lectura como un placer. Como un enorme placer sin mayor finalidad que la de pasar el rato leyendo. Me han dicho que Borges y Barthes insistieron mucho en este aspecto.

Por otro lado se habla de las muchas ventajas que tiene leer y de como sirve para penetrar en realidad, para comprenderla, para descubrir nuevos mundos, para ir más allá de nosotros mismos y crecer, en una palabra: para mejorar.

Aquí está el problema. ¿De qué se trata? ¿Cuál es el principal objetivo de leer? Mejorar o disfrutar.

Supongamos que es el placer. Si el objetivo es disfrutar supongo que a nadie le parecerá mal que los jóvenes de ahora, mayoritariamente, no lean. Que no lean no quiere decir que no disfruten. Encuentran placer en otras actividades, que quizá por su facilidad, le han ganado la batalla a la lectura, ya he dicho que mayoritariamente hablando. Los videojuegos, la televisión, chatear, compartir fotos a través de tuenti, todas ellas producen gran disfrute a los jóvenes actuales… Si se tratara de placer ¿por qué razón habríamos de retirar a los chicos de los videojuegos y llevarlos a leer? ¿No son, para muchos, más placenteras que la lectura?

Cuando se comparan dos placeres (en cuanto placeres) ¿es posible poner de acuerdo a dos personas? ¿No se trata de algo puramente subjetivo? Existen actividades placenteras beneficiosas y otras que lo son menos o que incluso son perjudiciales, pero para diferenciarlas no se puede aludir al placer mismo (que dependerá de cómo lo viva cada uno) sino a algo absolutamente diferente: el bien que procuran.

Ahí está precisamente la clave del problema. Creo que el objetivo auténtico de la lectura no es disfrutar.

Platón había criticado muchas veces el placer pero el gran descubrimiento de Aristóteles es que el placer se educa. Aprendemos a disfrutar. No hay propiamente actividades placenteras. El placer puede acompañar a toda actividad que se hace libremente. Subir cuestas con la bici (algo en principio esforzado y desagradable) puede ser placentero si lo hacemos porque queremos y le pillamos “el gusto”. Muchísimas cosas que pueden ser molestas si te obligan a ellas, se convierten en motivo de placer si han sido elegidas con libertad. Por eso lo fundamental no es ir tras el placer, sino conseguir sentir placer haciendo aquello que es bueno hacer. Debemos aprender a disfrutar con lo que es conveniente y aprender a no disfrutar con lo que no es bueno hacer.

El placer es la guinda del pastel pero no el pastel mismo. Debemos hacer lo bueno y además disfrutar haciéndolo.

Con la lectura creo que pasa eso. La lectura es buena por muchas cosas, más arriba he mencionado las que a mí se me ocurren. Precisamente porque la lectura es muy beneficiosa es muy bueno que además sea placentera. De esa manera habrá más posibilidades de que repitamos una y otra vez. Pero es un error pensar que la lectura es buena porque es placentera.

Pero es que además, insistiendo tanto en el placer le quitamos importancia a la lectura misma y a sus beneficios.

Y FINAL.

La lectura “enseña”. Otra cosa es que la moraleja educativa explícita pueda arruinar los beneficios de un cuento de fantasía bien escrito. Por eso discrepo con eso de que la esencia de la fantasía sea conseguir “hermanos apretados unos contra otros en la penumbra con el corazón acelerado”.

Y cuando digo enseñar no me refiero a datos o a una moraleja. Su enseñanza es más profunda. Se trata de que descubra la parte invisible de la realidad, o nos ayude a comprendernos a nosotros mismos, o nos muestre como es el amor, o la vida o nos haga tener sentimientos que nos eleven… lo que sea.

“El arte trata de hacer visible lo invisible”. PAUL KLEE.