lunes, 12 de julio de 2010

NECESIDAD DE PERTENENCIA

Me eduqué en los tiempos de Franco y mi padre, un intelectual, despreciaba el futbol como algo propio de las masas alienadas. Nunca me interesó aunque nunca lo he despreciado.

Además llegué a comprenderlo cuando estudié la pirámide de las necesidades humanas de Maslow. Una de ellas es la necesidad de pertenencia: la necesidad de sentirse miembro de un grupo.

Es la necesidad que explica el deporte como espectáculo y la emoción de ayer, día de la Final del Mundial. Cuanto yo lo entendí me fue más fácil aceptar a toda la gente a la que gustaba el futbol. Yo también tenía esa necesidad aunque no fuera dentro de un equipo de futbol como la sentía.

Me ha llamado la atención un artículo de Rosa Montero, el gen de la horda. A mi esta mujer no me desagrada, aunque la pongan verde en otro blog amigo, (las críticas están en los comentarios) pero en relación con este tema se equivoca completamente. Rosa Montero reniega de esa necesidad de pertenencia. Dice que es la misma que funciona en las guerras y en lugar de celebrar que esa necesidad pueda ser satisfecha de modo pacífico se avergüenza de ella, juega en el artículo con la posibilidad de que dependiera de un gen y pide que los científicos lo encuentren y lo extirpen.

Es un triste modo de proceder. En lugar de intentar mejorar las cosas partiendo de como realmente son, quiere que los hombres sean como no son. En eso consiste el peor idealismo en política. Hacerse una idea de como deben ser los hombres y querer que sean como no son. Y de ese modo poder estar lamentándose siempre.

7 comentarios:

jaimemarlow dijo...

Me ha hecho pensar el último párrafo. Preces contraponer el "mejorar las cosas partiendo de como realmente son" a "querer que los hombres sean como no son".
Tal como lo veo yo, al mejorar algo deja de ser, en cierta medida, lo que era antes. Por lo tanto, al querer mejorar algo por fuerza se quiere que eso sea como no es (antes de la mejora).

Otra cosa es cuando se piensa que hay cosas que no se pueden cambiar. Vale, pero entonces no hables de "mejora", porque no hay mejora posible, al ser imposible el cambio.

elquebusca dijo...

Hola Jaime, recuerdo que el verano pasado por estas fechas tuvimos una charla muy interesante en torno al terrorismo.
Creo que entiendo lo que dices. Quizá no está bien expresado lo que quiero decir. Lo que yo creo es que hay cosas que pueden ser cambiadas y cosas que no. Sólo las que pueden ser cambiadas son las que pueden mejorar, como tú bien dices. Y es cierto que de algún modo mejorarlas es querer que sean como no son.
Creo que hay modos de organizar la sociedad más justos y modos más injustos. Y tenemos capacidad para elegir unos u otros y hay muchas cosas en las conductas y en la política que pueden mejorarse. Pero también creo que el hombre tiene ciertos modos de ser que pertenecen a su constitución y que es quimérico querer cambiar. El idealismo político consiste en pretender cambiar las cosas que no se pueden cambiar. No es razonable construirse una idea (despegada de la realidad) sobre las cosas y luego empeñarse en que la realidad se ajuste a esa idea. Todo cambio o utopía o como quiera llamarsele debe partir de una visión realista del presente. No se trata de soñar que deberíamos ser ángeles (eso es lo que creo que le pasa a Rosa Montero) sino de conseguir que seamos un poco mejor de lo que somos pero siempre partiendo de como realmente somos y sólo en aquellos aspectos que son realmente modificables.
Pretender que el hombre no se realice identificándose con grupos es desde mi punto de vista una quimera.

jaimemarlow dijo...

¡Hola, elquebusca!
Lo primero, decirte que no soy el que estuvo discutiendo contigo sobre terrorismo, sino jusamawi:
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=1736145624206046835&postID=4116017516084482816

Lo segundo, quiero decirte que había comprendido lo que querías decir. Lo que ocurre es que soy un poco tocahuevos, y me gusta dar a veces rodeos.

Lo que te quería decir es que Rosa Montero, en su artículo, carga contra la "irrefrenable tendencia a arremolinarnos jactanciosamente en torno a pedazos de trapos que llamamos banderas, y a emborracharnos de un júbilo feroz cuando nos sumergimos en una masa unánime", que provoca "dejación de pensamiento", "mezcla de adoración y odios", "idéntica exageración mayestática".
De ahí a decir que reniega de toda necesidad de pertenencia va un trecho, a mi entender.

Pasando a tu comentario, estoy bastante de acuerdo con lo que dices, pero el "realismo" del que hablas también es bastante peligroso. Sobre todo porque eso que llamamos "realidad" no está nada clara, y a veces el realismo camufla intereses espurios. Te pongo un ejemplo que como profesional de la enseñanza pública entenderás bien: cuando empezaron a surgir los movimientos en favor de extender la enseñanza a toda la población, no faltaron las voces que bramaron en contra de tamaña barbaridad, a todas luces irrealizable y probablemente dañina para el buen orden social, para el que era indispensable que la mayor parte de la gente siguiera analfabeta. Y ahí tienes (al menos, por el momento) los centros de enseñanza primaria y secundaria extendidos por toda nuestra geografía.

Saludos.

elquebusca dijo...

Si este blog tuviera muchísimos comentaristas quizá podía entenderse que confundiera a unos con otros. Teniendo los que tiene mi despiste no tiene fácil escusa.

Solo decir que estoy dedicado al inglés en cuerpo y alma y apenas si pongo la atención en otro lugar.

Con todo mi confusión resulta imperdonable.

jaimemarlow dijo...

It isn't really important, my friend. Do your best at English!

Elquebusca dijo...

Jaime, I am glad to meet someone to practice. I am listening to a lot of English recording to understand. It is my Achilles' heel.

Anónimo dijo...

A mí el ser hincha de fútbol me ha patinado siempre, pero mientras no degenere en violencia hooligan tampoco me parece tan horrible.